lunes, 8 de junio de 2009

La Suprema Corte detiene la venta de Chrysler a Fiat

Problemas en el paraíso.

Minutos antes de que se cerrara la venta de la mayor parte de los activos de Chrysler a la italiana Fiat, como parte del proceso de bancarrota organizado por el equipo ("task force") designado por Obama, la juez de la Suprema Corte Ruth Bader Grinsburg congeló el proceso de venta hasta dilucidar si proceden los alegatos en contra por parte de tres fondos de pensiones de Indiana, que poseen unos $42 millones de dólares de la deuda de Chrysler (cuya deuda total se calcula en $6,900 millones de dólares).
Aunque funcionarios de la Casa Blanca calificaron este revés sólo como un trámite administrativo que será rápidamente solventado, lo cierto es que los pequeños inversionistas de Indiana podrían lograr echar para abajo el trato de venta a Fiat, cuyo plazo fatal es el 15 de junio, porque tienen un buen punto jurídico y constitucional: Hay un obvio favoritismo en el trato que, como acreedor de Chrysler, está recibiendo el poderoso sindicato automotriz UAW, bastión del Partido Demócrata y fuerte apoyo electoral para Barack Obama.
Y lo peor, para los planes de la administración de Obama, es que si procede el alegato de los pequeños inversionistas acerca de un trato discriminatorio a favor del sindicato en el caso de Chrysler, por simple lógica jurídica también procederían las objeciones contra el proceso de bancarrota de General Motors que también da un trato de acreedor "especial" a la UAW.
No todo es miel en "Obama country". El caso prefigura futuros conflictos entre un Presidente (Obama) que concibe la justicia con acento social (para usar una frase conocida en España y en Hispanoamérica: "la justicia como opción preferencial por los pobres..., los débiles o los grupos sociales por sobre los ricos..., los fuertes... y los individuos") y una sólida tradición jurídica que concibe la justicia a secas, como trato igual para todos. Ya veremos.

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domingo, 14 de septiembre de 2008

El populismo en la Suprema Corte

Nadie, ni siquiera los magistrados de la Suprema Corte de Justicia, se libra de las tentaciones populistas en los tiempos que corren. El amparo concedido en contra de un descuento que ofrece Wal-Mart de México a sus empleados – y cuya aceptación es voluntaria por parte de los trabajadores- es un mero acto de propaganda populista, carente de racionalidad y de respeto a la libertad de las personas.



Novedad ominosa: Según la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) si usted, como empleado de una empresa, adquiere voluntariamente vales para obtener descuentos en la compra de productos o servicios de la misma empresa estará contraviniendo "los principios fundamentales consignados en el artículo 123 constitucional".

Según esta decisión de la Corte el libre ejercicio del poder de compra atenta contra la Sacrosanta Constitución. De esta magnitud es el desatino de la decisión de la Segunda Sala, que equipara esa práctica, común hasta ahora en Wal- Mart de México, nada menos que con las "tiendas de raya" con las que la historia oficial – la de libro de texto único- simboliza los oprobios laborales cometidos durante el gobierno de Porfirio Díaz.

Demagogia pura, para complacer a los modernos "progres" de salón que han hecho de los ataques furibundos a Wal Mart (modelo de empresa global de alta productividad, que ha generado miles de millones de dólares de valor agregado en beneficio de los consumidores) un santo y seña.

No exagero, juzgue el lector por sí mismo con la lectura del comunicado oficial de la SCJN aquí.

Tal parece que la SCJN, salvo las honrosas excepciones de tres magistrados, ha entrado de lleno al concurso para ver quién se gana este año el premio al más demagogo. Véanse, como otro ejemplo, algunos de los descabellados argumentos que esgrimieron algunos magistrados para favorecer la despenalización del aborto en el Distrito Federal (ver en este otro comunicado de la SCJN)

Para tomar esta nueva decisión errada en contra de Wal Mart, la SCJN ni siquiera escuchó a la empresa y con toda franqueza reconoce – léase el comunicado - que el trabajador supuestamente afectado firmó voluntariamente el convenio para adquirir los vales con descuento. ¿Qué quería la SCJN?, ¿que Wal-Mart ofreciese descuentos a sus empleados en las compras que estos hagan en Soriana o en Comercial Mexicana?

Vaya disparate.

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