miércoles, 22 de julio de 2009

"Asqueado de todo esto..."

Por favor, no dejen de leer este comentario, "La historia no me absolverá", del periodista José Maria Siles, en su blog: (El Blog de José María Siles), corresponsal o ex-corresponsal de Televisa al que le solicitaron "cubrir" unas relevantes, históricas, cruciales y decisivas actividades de Enrique Peña Nieto en Estambúl.

¡Qué verguenza!

Recuerdo una hermosa versión que hizo Gabriel Zaid de un soneto de Shakespeare que dice:

Lectura de Shakespeare
(SONETO 66)


Asqueado de todo esto, me resisto a vivir.
Ver la Conciencia forzada a mendigar
y la Esperanza acribillada por el Cinismo
y la Pureza temida como una pesadilla
y la Inquietud ganancia de pescadores
y la Fe derrochada en sueños de café
y nuestro Salvajismo alentado como Virtud
y el Diálogo entre la carne y las bayonetas
y la Verdad tapada con un Dedo
y la Estabilidad oliendo a establo
y la Corrupción, ciega de furia, a dos puños: con espada
y balanza

Asqueado de todo esto, preferiría morir,
de no ser por tus ojos, María,
y por la patria que me piden.

Etiquetas: , , ,

miércoles, 25 de febrero de 2009

¿Periodismo o basura?

Me gustaría saber en qué universidad enseñan que la transmisión de grabaciones ilícitas de conversaciones privadas, cuyo contenido es irrelevante para los asuntos públicos, es periodismo.

El lunes pasado, Jesús Silva Herzog Márquez, competente comentarista de asuntos políticos, lamentaba que se ventilen conversaciones privadas de personajes más o menos públicos con el pretexto de que las personas públicas no tienen derecho a la privacidad y deben ser juzgadas por el público hasta por su forma de expresarse ante sus amigos – en privado – o por sus virtudes o vicios íntimos. Se refería, obviamente, a la divulgación de una conversación que Luis Téllez Kunzler sostuvo -siendo entonces, por cierto, un ciudadano como cualquier otro-, con amigos o parientes cercanos; conversación en la que Téllez dice saber o suponer que Carlos Salinas de Gortari dispuso indebidamente de (o robó) la mitad de "la cuenta secreta".

En eso acierta Silva Herzog, tal divulgación es execrable por varias razones: 1. Atenta contra el derecho a la privacidad, 2. Se hace cómplice inexcusable de un delito grave y especialmente repulsivo, que es la escucha ilegal de conversaciones privadas que son ajenas al emisor, y 3. Para colmo, resulta del todo irrelevante porque lo dicho ahí ni prueba nada, ni sirve en lo absoluto para esclarecer un hecho público (cómo se gastó la dichosa "partida secreta" en ese periodo presidencial) y, en cambio, contribuye a facilitar una extorsión a un funcionario público y, tal vez, al gobierno federal en turno. ¿De parte de quién?

En lo que se equivoca Silva Herzog es en presumir que tal conducta delictiva (divulgar conversaciones privadas obtenidas ilícitamente) es práctica común y aceptada del periodismo. Mentira. Eso no es periodismo, es basura y punto.

Supongo que a Silva Herzog no le agradaría que se juzgase a todos los académicos por las estupideces que hace o dice alguno de ellos, por famoso que ése sea; supongo que no aceptaría que a todos los graduados en derecho, como es su caso, se les juzgase de acuerdo con el comportamiento de abogados cómplices de delincuentes.

Aun entre los perros, suele decirse, hay distinciones de razas.

Lo que debería provocar indignación no es lo que haya dicho o dejado de decir Téllez, sino que se califique como "periodismo" lo que simple y llanamente es una muestra más de la falta de ética y de profesionalismo de una locutora y del medio de comunicación que le da cabida.

Si eso es periodismo, prefiero decir que soy pianista en un burdel.

Etiquetas: , , , ,

viernes, 14 de septiembre de 2007

Todavía elijo mis amistades

No entiendo por qué algunos políticos piensan que nos conmoverá sentirnos sus amigos, protegidos o beneficiarios. Que ellos hagan su trabajo y yo haré el mío. La libertad también incluye – hasta donde sé- el derecho a tener una vida privada, propia, en la que uno elige a sus amistades.

Un buen amigo – ese sí- me advirtió, entre bromas y veras, que no me estaba granjeando la amistad de muchos poderosos en este país con algunos artículos que podían parecer poco comedidos o políticamente incorrectos. Tiene razón, pero mis amigos – pocos- los elijo yo. Además, soy tan ingenuo que llevo más de 20 años escribiendo para los lectores anónimos. No me quejo, la fórmula de tener a los anónimos lectores en mente resulta más satisfactoria que andar adivinándole los caprichosos latidos a don Fulano o a doña Zutana, porque son "súper importantes y súper poderosos".

No entiendo qué les lleva a pensar a ciertos políticos que los comunes mortales nos sentiríamos profundamente honrados si nos incluyeran en sus agendas. Por ejemplo, hace unos días por correo electrónico se me solicitó lo siguiente:

"Por medio de este conducto (sic) le estoy solicitando información personal para actualizar el directorio de medios del Lic. Manlio Fabio Beltrones Rivera, los datos son los siguientes.

"Teléfono y domicilio particular y de oficina, nextel o celular y fecha de cumpleaños".

Respondí algo así: "No deseo, en modo alguno, que mis datos personales estén en la agenda del Lic. Manlio Fabio Beltrones Rivera".

¿Para qué hacer amistades que no van a prosperar? Pregúntenle a los dueños de las televisoras lo qué se siente cuando tus poderosos amigos te dan la espalda…No es nada personal, dirán algunos, sólo cuestión de definir quién de los dos – el partido político o la televisora- se queda con el dinero de los contribuyentes. Yo digo que ninguno de los dos, porque no me acabo de creer el cuento de que los partidos políticos sean "entidades de interés público" (¿a poco?) y conjeturo que sería mejor que su financiamiento fuese privado y plenamente transparente. Y si se quieren anunciar, ¡pues que paguen con su dinero, no con el mío! Y que quede claro: no pueden impedirnos a nadie usar nuestro dinero – si acaso lo tenemos- para lo que queramos, por ejemplo: para criticarlos. Ésa sí es una cuestión de principios: Libertad, nada más y nada menos.

Etiquetas: , , , ,

miércoles, 12 de septiembre de 2007

¡Hasta las lágrimas!

¡Caracoles! ¡La maestra Gordillo me ha felicitado por mi cumpleaños! ¿Qué hacer, además de quedarme estupefacto ante la prosa abrumadoramente cursi de la felicitación hecha en serie?, ¿pedirle a la ampulosa e inútil CNDH que me proteja?, ¿conmoverme hasta las lágrimas?, ¿aterrorizarme?, ¿denunciar el hecho ante la Real Academia de la Lengua Española?, ¿pedirle una entrevista exclusiva a la maestra para que lance bravatas con dedicatoria, usándome de útil mensajero?


La víspera de mi cumpleaños encontré encima del escritorio el sobre llegado por correo – franqueado con tres estampillas que totalizan once pesos con 50 centavos- y dentro la típica tarjeta de felicitación por onomástico que ordenaba en el siglo pasado el manual del perfecto político mexicano. Y cito: "Distinguido Lic. Medina Macías: Ha llegado la fecha del calendario general, que, en el de su vida, marca el inicio de un intenso caminar con trascendencia. Es propicia la ocasión para que renueve mis sinceros votos cumplidos por su prosperidad, salud y realización. Cordialmente: Maestra Elba Esther Gordillo".

¡Que los dioses del "kitch" nos amparen! La prosa de la maestra – o de sus asesores en corrección de estilo- hace lucir a las más cursis poesías de Bécquer o a las más melodramáticas canciones de Consuelito Velásquez como dechados de sobriedad y buen gusto. Ya me veo, a partir de ahora, sometido a un "intenso caminar con trascendencia". Debe ser algo así como la maldición del peatón perpetuo, ¿cómo se le hace para caminar con trascendencia?, ¿es todo recto sin parar o con paso de ganso o contoneándose con aires de perdonar vidas?

Me imagino a la maestra dejando indeleble huella en las tiernas inteligencias de desprevenidos infantes: "Amados pupilos, ha llegado la fecha en el calendario oficial de la SEP, que, en los respectivos calendarios de sus promisorias vidas, marca el inicio del barroco burocrático sindical. Abran sus libros en la página 32, ¿quién de ustedes quiere leernos, con voz trascendente y clara, a partir de la línea que dice: 'No habrá tempestad alguna ni habrá mares procelosos que detengan el navegar con trascendencia de las conquistas magisteriales… '".

No quiero parecer desagradecido con la maestra, pero ¿de dónde que yo sea destinatario del inmerecido honor de su felicitación?

Etiquetas: , , , ,