miércoles, 24 de junio de 2009

Lo bueno y lo malo de un desplegado insólito

Es insólito que el Grupo Televisa, mediante un desplegado en los periódicos nacionales, responda a las acusaciones de sus detractores. Por eso el desplegado publicado hoy en varios diarios nacionales es noticia: rompe una estrategia de comunicación institucional de décadas que consistía en desdeñar las críticas (una forma del mexicanísimo "ninguneo" apalancada en el inmenso poder de penetración que tuvo la televisión abierta en México, tanto en los años del monopolio como en los años más recientes del acuerdo de reparto del mercado entre dos, que pactaron con Azteca a partir de 1998 aproximadamente).

Más insólito es que el desplegado se dedique específicamente a dos detractores consuetudinarios de la televisora: Carmen Aristegui y Jenaro Villamil. (Empleo intencionalmente el adjetivo "detractor", que implica reconocer que los actos del sujeto persiguen una finalidad de ataque destructivo, en lugar de usar el adjetivo "crítico"). Debe admitirse que Televisa ha elegido bien el blanco de su enojo: Ni Carmen, ni Villamil son ejemplos de rigor periodístico, de investigación objetiva o de ejercicio imparcial del periodismo. Aun así, esta insólita jugada de Televisa no deja de tener sus riesgos para la televisora, ya que es previsible que la cofradía "progre" de este país inmediatamente cerrará filas con las pobres "víctimas" de la "malvada" televisora. Además, tiene otro gran costo evidente: Le hacen propaganda gratuita al dichoso libro de Villamil, que de otra manera habría pasado desapercibido para millones de mexicanos.

Lo bueno del desplegado: 1. Televisa se bajó de su pedestal (señal, tal vez, de que ha perdido, gracias entre otras bendiciones a la Internet y a la televisión de paga, el poder que tuvo en el pasado para "imponer su agenda") y hoy tiene que defenderse de las calumnias casi como cualquier mortal.

2. Siempre es bueno que se desenmascaren mentiras y el desplegado de Televisa desenmascara algunas de las propaladas por la secta retro-progresista a la que pertenecen Aristegui y Villamil; otras de las supuestas mentiras, por ejemplo lo que se refiere al apoyo que Televisa ofrece a la carrera política de Enrique Peña Nieto, no son mentiras sino probables verdades que la defectuosa investigación de Villamil y los juicios gratuitos de Aristegui no han podido comprobar.

3. El desplegado es el acta de defunción de la ambigua relación amor-odio que han sostenido en los últimos años Televisa y Andrés López Obrador. Sin lanzarse directamente contra López (a quien ya hasta sus antiguos amigos y aliados están viendo como lo que siempre ha sido: un obseso del poder con graves perturbaciones mentales) han dejado por los suelos a dos de los más fieles y obcecados escuderos del tabasqueño.

Lo malo del desplegado: 1. Televisa no es precisamente un dechado de credibilidad. Para tirar piedras hay que tener la casa de cristal, 2. El mensaje central de todo el asunto podría quedar sólo en un aviso de cambio de patrocinadores, algo que retrata magistralmente la caricatura de Paco Calderón difundida hoy: Habiendo Gaviota, ¿para qué queremos a un presidente patito? Reflexión que Paco en letra muy pequeña, junto a su firma, expresa con la típica anfibología del albur mexicano: "Al haber gaviotas..."

Etiquetas: , , , , ,

jueves, 21 de febrero de 2008

Los ruido – traficantes

Un gran porcentaje de la supuesta información que difunden los medios no es tal sino “ruido” a veces involuntario y a veces deliberado. Por eso, como aconsejaba Antonio Machado, conviene pararse “a distinguir las voces de los ecos”.

El prematuramente fallecido economista Fischer Black (1938-1995) desarrolló, entre otras valiosas aportaciones a las finanzas modernas (derivados y opciones), una sugerente descripción del mercado financiero como el lugar de encuentro entre los “information traders” y los “noise traders”. Dicho en forma simple: Los mercados se mueven porque no somos omniscientes y diferimos en nuestras especulaciones acerca del futuro; pero algunas de esas especulaciones están sustentadas en información – por ejemplo, los datos sobre el crecimiento de las importaciones de bienes de capital que nos dan indicios sobre el futuro de la actividad económica – mientras que otras de las especulaciones se mueven por puro “ruido”, sinónimo de cualquier interferencia que distorsiona los mensajes. Dos ejemplos de ruido: los múltiples datos falsos que maneja en sus peroratas el patriarca de los pantanos (López) o las frecuentes campañas de desinformación que emprenden las televisoras – y sus apéndices- con el objeto de obtener alguna ventaja para sus negocios.

Tomo prestada la descripción de Black para hablar de los traficantes de ruido – o ruido-traficantes- que padecemos en México y en otros países. Tengo para mí que hay una correlación estrecha entre la proliferación de ruido y los obstáculos al desarrollo. Suele haber más ruido que información en los países pobres e improductivos y la más clara muestra de la improductividad es que hay en dichos países muchas más personas que obtienen rentas mediante el tráfico del ruido, que personas ganando utilidades legítimas al difundir información.

Una de las fuentes más prolíficas de ruido son las supersticiones y mitos disfrazados de dogmas “nacionalistas” o “revolucionarios” que caen en tierra fértil gracias a un sistema educativo diseñado para promover y perpetuar la ignorancia. El sistema educativo es la nodriza y ése, y no otro, es el significado de la frase acerca del gran poder que tiene “la mano que mueve la cuna” acuñada por James Joyce.

A mayor ruido en el sistema mayor será la brecha futura entre los ingresos de quienes tienen información y los ingresos de quienes sólo tienen ruido. Y a mayor pobreza y desigualdad se refuerza el negocio de los “ruido-traficantes”.

Etiquetas: , , , , , , , ,

martes, 22 de enero de 2008

Igualitarismo corruptor e inicuo

En la práctica la prohibición contenida en la reciente reforma electoral, que atenta contra la libertad de expresión, provocará que la propaganda electoral en radio y televisión se disfrace de información o de comentario editorial – engañando al público -, al tiempo que los ingresos que por esa vía obtengan los medios no podrán ser fiscalizados, ni por el IFE, ni por el fisco, ni por los accionistas minoritarios, mucho menos por los electores.

En las dos entregas anteriores he denunciado, desde el punto de vista de los derechos humanos y de los principios de una democracia liberal, el atentado que entraña la prohibición que se ha hecho a los ciudadanos comunes de contratar espacios en radio y televisión para opinar sobre candidatos, contiendas y propuestas electorales.

Ahora veamos cuáles serán las consecuencias prácticas. Son fáciles de prever para quien conozca cómo operan en México la radio y la televisión, así como los mecanismos habituales que usan los dueños de dichos medios para beneficiarse en la arena política sin exponerse públicamente.

El pretexto para la prohibición se remite a unos anuncios que por dos o tres días, durante 2006, difundieron organismos empresariales advirtiendo de los riesgos de políticas populistas. De ahí, algunos han inferido que se trata de una prohibición con dedicatoria –aberrante en un Estado de Derecho- dictada por prejuicios ideológicos en contra de los "ricos". Sin embargo, a poco que se medite, no parece ser ése el motivo de fondo para la restricción, sino promover la corrupta costumbre de esconder propaganda política, pagada a trasmano, en noticiarios y en programas informativos y de opinión. Uno de los eufemismos para esta falsificación (difundir propaganda pagada como si se tratase de información) es la denominación "producto integrado" (para una descripción de Ibope acerca de qué se entiende por "producto integrado" ver aquí).

Dado que la prohibición se refiere sólo a espacios oficialmente comercializados ("spots"), proliferarán las simulaciones mencionadas, con lo cual: 1. Algunos partidos podrán difundir propaganda no fiscalizada por las autoridades electorales, violando los "topes de campaña"; lo cual es obviamente contrario a la equidad, y 2. Algunos medios obtendrán cuantiosos ingresos de los que no darán cuenta ni al fisco, ni a sus accionistas minoritarios, ni a las mismas autoridades electorales.

Un caso típico de regulación que beneficia a los entes regulados: partidos y medios electrónicos de comunicación.

Nadie sabe para quién trabaja. ¿O sí?

Etiquetas: , , , , , , ,