Un país subsidiado que se llama UNAM
Cuenta Dehesa que en el palco había "un numeroso grupo de pumas" y que, por lo menos en lo que hace a él (Dehesa), la animada plática fue de todo "menos de futbol" (aun cuando los "pumas", para regocijo de Dehesa y de los asistentes al palco del Rector, vencieron tres goles a cero a los "gallos blancos" de Querétaro) y que uno de los asuntos recurrentes en las conversaciones fue acerca de los nuevos impuestos y "sobre-impuestos" que - dice el mismo periódico en que escribe Dehesa- el gobierno quiere cobrarle a los mexicanos para cuadrar las finanzas públicas federales en 2010. Por supuesto Dehesa se opone a pagar más gravámenes y pide que, antes, le expliquen en qué se gasta tanto dinero.
Tiene razón, pero para hacer la tarea completa el mismo Dehesa debió preguntarle al Rector José Narro, que no pierde oportunidad de oponerse con vehemencia a cualquier recorte al gasto público destinado a "la educación superior", en general, y a la UNAM, en particular, cuánto gastan al año, cuánto de lo que gastan proviene del presupuesto federal y si, acaso, es tan desorbitado pedir que la UNAM, "máxima" casa de estudios de México (como suelen decir algunos que confunden tamaño con grandeza) se sacrifique un poco en materia de gasto, dado que la inmensa mayoría de los mexicanos tenemos que hacerlo hoy y tendremos que seguirlo haciendo durante 2010.
Lejos de mí censurar el jolgorio que cada 15 días, cuando hay partido de "los pumas", hacen el Rector y sus amigos en el famoso palco, facilidad apreciable y costosa que, no es descabellado suponer, pagamos de una u otra forma el conjunto de los mexicanos, pero veamos, para poner las cosas en perspectiva, algunos numeritos acerca de lo que es la UNAM, en términos de gasto.
Lo primero que salta a la vista es que la UNAM gasta en un año el equivalente, en dólares, al 50 por ciento de lo que gasta un país entero como El Salvador. Esto es que, sin exagerar, la UNAM por sí sola es como todo un pequeño país en términos de gasto.
Un país peculiar, sin duda, porque cuando menos el 85 por ciento de sus egresos proviene de dinero federal. Un país dentro de otro país, subsidiado fuertemente por el papá, el tío o el hermano mayor (no sé bien cuál sería la equivalencia).
Van cifras y comparaciones y que cada cual concluya lo que pueda y lo que quiera:
Presupuesto de la UNAM 2009: Son 24,337 millones de pesos - esto es unos 1,822 millones de dólares al tipo de cambio actual- lo que equivale a 68 por ciento del presupuesto total del estado de Oaxaca (2,665 millones de dólares) y más o menos a la mitad del presupuesto total de toda la república de El Salvador (poco menos de 3,628 millones de dólares).
De ese presupuesto, la UNAM destina poco más del 60 por ciento a lo que la propia universidad define como actividades docentes, esto es: unos 1,546 millones de dólares. La UNAM en todos los niveles y modalidades, preparatorias, licenciaturas, posgrados y otros, registra como inscritos a 305,969 alumnos este año, con lo que cada alumno cuesta, en números brutos y en promedio, 79 mil 540 pesos al año, es decir más que lo que de colegiatura anual cobran universidades privadas de las más caras como el ITESM o la Iberoamericana.
Obviamente el resto del dinero gastado por la UNAM, unos 276 millones de dólares, se va en gastos administrativos, construcción y mantenimiento de edificios, así como otras actividades extra-acadámicas que no son, por definición propia de la UNAM, docentes.
El doctor (en medicina) José Narro, Rector de la UNAM, dice que en lugar de recortar el gasto público que se destina a la educación superior lo que hay que hacer es "cambiar de modelo económico". No me queda claro cómo se le hace para que el cambio de modelo genere de golpe más recursos públicos, sobre todo cuando los invitados y amigos del Rector, según Dehesa, se oponen a pagar más impuestos ... A tales amigos habrá que mostrarles que "la lana" se gasta, entre otras cosas, en ese país, dentro de otro país, que se llama UNAM y una pequeñísima parte, imagino, en el mantenimiento del amplio y concurrido palco de los invitados del Rector a los partidos de futbol.
Lo que concluyo de las declaraciones del rector Narro y del hecho de que los alumnos de la UNAM paguen el equivalente a 20 centavos al año como cuota (¿simbólica o de burla?) por su educación, y de que no haya quién se anime a cobrarles un poquito más (digamos, siquiera lo que pagan los alumnos de otras universidades públicas de menos postín y renombre) es que México es un país muy especial: No sólo se puede dar el lujo de sostener unos pequeños países dentro del país mayor (como la UNAM) sino que es un país en el que parece que es más fácil "cambiar de modelo económico" que empezar a cobrarles un poquito más de 20 centavos al año a estudiantes que, a todas luces, son privilegiados.
¿O acaso cuando Narro habla de cambiar de modelo está pensando en cobrar colegiaturas? No lo creo.
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